Acerca de los errores técnicos y defectos sonoros

Considero que la industria fonográfica, en su larga historia, nos acostumbró a escuchar grabaciones impolutas, asépticas, libres de ruidos ajenos a la música o al ambiente donde se graba.

Esto jamás pasa en la realidad, ni siquiera en el estudio, donde se lleva cabo un arduo proceso electrónico y físico para que el material que se está grabando no contenga distracciones sonoras para el oyente.

Con el auge de las grabaciones caseras, toda esta falsa limpieza está llegando a su fin: millones de músicos grabamos en nuestro living, o en cualquier otra habitación de la casa. Tiene la ventaja (esto para mí es fundamental, muy importante y valioso) de que uno puede grabar incesantemente hasta encontrarse inspirado y dejar esa toma mágica que quizás en un costoso estudio puede no suceder, a cambio de que quizás haya algún ruido exterior, o no. O, tal vez, la grabación no tenga la alta calidad de un estudio profesional. Nada es gratis. Se pierde en asepsia sonora, se gana en música e inspiración. Está en le oyente decidir qué es preferible. Yo opto por lo segundo.

Más allá del aspecto sonoro, hay otro tópico del que me gustaría hablar: el de los errores técnicos.

Desde hace décadas los músicos clásicos se quejan de la imposibilidad de repetir en vivo las grabaciones hechas en estudio, las cuales no tienen errores técnicos por las posibilidades de la edición post grabación. Esto repercute en le oyente, que se distrae o incluso se queja ante algún error de la música en vivo, la cual es humana y, por supuesto, puede cometer errores. Esta situación musical en vivo es la realidad, la cual extrañamente no es aceptada por le público debido a que nuestro gusto fue modificado por las posibilidades que brinda la industria del disco, el CD y los nuevos formatos digitales de reproducción musical.

Incluso la mayoría de las grabaciones en vivo están editadas para aparentar ser perfectas no solo técnica, sino sónicamente.

En fin, me pareció interesante escribir sobre este tópico un tanto olvidado y que nos afecta tanto como músicos y oyentes.

Gracias por estar allí.