RICARDO RAGENDORFER: “La policía es una asociación ilícita”.

RICARDO RAGENDORFER: “La policía es una asociación ilícita”.

05/06/2019 Desactivado Por ElNidoDelCuco















 

 

ENTREVISTA

          Lo esperamos más de una hora en ese bar penumbroso perdido en alguna esquina de San Telmo. Llegó con cara de siesta pero con la mirada atenta de un observador de oficio. Saludó, se sentó y le pidió una gaseosa al mozo, que se fue desconcertado. El Patán arrancó como en esas picadas de un cuarto de milla: a fondo. Sus palabras tenían el sonido de la Remington que martillaba a filosofazos. Con el poder hipnótico del musho del suburbio, nos pegó flor de paseo por los laberintos de su profesión y nos dio cátedra de vida sin mandarse la parte. Nosotros preguntábamos con la curiosa ansiedad de un niño de jardín de infantes. Y la Remington de Patán volvía a los martillazos limpios. Y como no queremos ensuciar la desprolijidad de una charla con el orden límpido de una entrevista, va como salió, media mezclada, como la vida, como ese turbio laberinto empedrado de la conversa.

 

GÉNESIS

Empecé en periodismo viviendo en la época de la dictadura en Méjico. Carlos Ulanovsky dirigía una versión de Interviú, la revista española. En una semana publiqué mi primera nota. Admiré siempre la escritura como oficio, fui un gran lector sin escribir. Tenía intuición de cómo funcionaba, nada más. Leía a Truman Capote, Chandler, Hammett, Chase, Green y otros posteriormente.

Terminé en los policiales en este barrio (San Telmo), escribía en El Porteño y después en Cerdos y Peces. Me había mudado a Bolivar y San Juan. Tenía vecinos y conocidos que se dedicaban a tareas poco legales. Comencé a entrevistarlos. En ese momento las crónicas se hacían en las cárceles, lo que hace por la presencia de los barrotes, muy poco expansivas a las notas. Mi primera nota “De profesión delincuente” fue publicada en El Porteño. Era una entrevista a un barrabrava, una mechera, un dealer y un tipo que hacía salideras de bancos. Después en Cerdos y Peces hice una sección, “Vidas ejemplares”, investigaciones sobre la época de oro de la delincuencia argentina”.

 

POLICIALES

El policial como género nació degradado en la Argentina, tal vez tenga que ver con la proliferación de la inseguridad como sub-género literario. Perdió la narración, tiene mucho de operación política estableciendo enemigos sociales y sobre todo el miedo al semejante. Los otros géneros literarios y periodísticos presentan vidas anodinas, la vida de un delincuente es una existencia real, entonces su expresión literaria también lo es. ¿La literatura imita a la vida o la vida imita a la literatura? La delincuencia al igual que la literatura es llegar a la celebridad por un atajo, no es una epopeya, es como la vida, un accidente del destino.

 

EL ACTO DE MATAR EN LOS GENOCIDAS NO ADMITE COMPETENCIA

Entrevistar gente mala es siempre más placentero. No sé por qué. Salté posteriormente a explorar las fuerzas de seguridad y su criminalidad en el territorio del Estado y en la dictadura. Escribí “Los doblados” y “El otoño de los genocidas”. Entrevistar a estos tipos establece una polémica acerca de si es lícito o no. Me parece una pelotudez. Entrevistarlos muestra el matiz más curioso, son aparentemente normales, no son tipos con garras, son normales y eso es lo que los hace monstruosos. Un milico que lucha y extermina a un enemigo no convencional, no es un milico, es un asesino. El acto de matar en los genocidas no admite competencia. En escala masiva suele ser heroico pero ese ejercicio de manera individual es espantoso. Comprobé frente a ellos que son la reproducción de lo que Hannah Arendt llama “la banalidad del mal”.

 

ARGENTINA NO TIENE DETECTIVE PRIVADO

La figura del detective en la novela policial en Argentina es un problema, una limitación. Argentina no tiene detectives privados, eso para la literatura es un límite. Existen tipos que contratan a otros para ver si su mujer los gorrea, son canas exonerados que trabajan para compañías de seguros. Cosas así. Casi no existen en la literatura en nuestro país. Martín Malharro detalla esto muy bien en la vida de Mariani, escribiendo siempre desde la marginalidad. En la vida real tampoco en las grandes ciudades existen detectives como los imaginamos en la literatura. Cuando escribí “La maldición de Salsipuedes”, la editorial me propuso hacer una ficción, me convencieron con el adelanto en efectivo. Tomé como referencia el crimen de Nora Dalmasso, pero trabajé los hechos desde la ficción. Urtaín, el investigador, pasará por todo tipo de peligros para resolver la investigación. Plantea la sospecha como factor de investigación en el contexto social de la Argentina. Pero los peligros de Urtaín son muy diferentes a los que pudiera pasar Marlowe en Estados Unidos”.

 

LOS PATA SUCIA

Desde que escribí “La Bonaerense” hasta ahora nada cambió. Nos dimos cuenta que la policía es una asociación ilícita. La Bonaerense toma la forma del envase que la contiene, es como el agua. Con Klodczyk la policía fue una empresa aceitada, pero con Arslanián era la horda de una metástasis autónoma. La creación de nuevas policías y aumentar su caudal numérico hacen más grave este problema. Stornelli, Scioli, Casal, llevaron una contra-reforma, es decir, no hicieron nada.

La policía se autofinancia y eso establece su autogobierno como la mafia, son Estado dentro del Estado. En países donde la mafia tiene una estructura definida, la corrupción está vinculada a la policía de manera simultánea; la mafia compra a la policía. Acá la policía compra a los delincuentes.

 

PARIDOS EN EL CONTRABANDO

Argentina es un país parido con el contrabando. Ese concepto delictivo es el que financia la política en general, es una originalidad bien argentina. Administra la justicia a diferencia de los reglamentos republicanos. La justicia sostiene la corrupción policial y esto es un mensaje a un poder político que se beneficia con el delito. El poder político lo calla porque es política de Estado. Reclamar más policía para bajar la inseguridad es una decisión surrealista. La lucha contra el narcotráfico es simular el problema real, que es el consumo. Es un flagelo sacralizado. El Comando Sur lo expone como amenaza, de la misma manera que a los huracanes y los desastres climatológicos. Esta guerra fracasó en todo el mundo. Enmascara la perversidad de la intervención política, económica y social”.

 

POSVERDÁ

“La posverdad es una manera nueva de describir lo que existe desde la noche de los tiempos. El diario en la cárcel se llama ‘la mula’, es decir, la trampa, la mentira. Los medios contribuyen a crear actos de ilusionismo. La literatura y la escritura también lo hacen. No está mal, no es malo. En mi caso personal soy consciente de ese acto que bailotea sobre la realidad y muta a la escritura o viceversa. Eso es incontrastable. El truco en la ficción es crearle al lector la ilusión de un hecho como si fuera real. El periodismo lo invierte al plantear la realidad de una crónica en términos de ficción. Esto está exacerbado, la mitad de las tapas de los diarios de mayor tirada es una ‘mula’, igual que los informes televisivos. Es una manipulación. La diferencia entre ficción y mentira es que la mentira es una ficción inverosímil.

 

ESCRIBIR DEBE SER UN ACTO DE SORPRESA

La técnica periodística se remite, al igual que el cine, a poner la cámara y la palabra en el lugar justo. La escritura está muy emparentada al cine. El cine me ha influenciado mucho, es una tara cuando escribo. Escribo imágenes. Secuencias. Lo inevitable es el encuadre y este nunca es ajeno a la naturaleza del autor. Es un hecho moral porque cuando uno encuadra te está diciendo lo que en realidad es. Lo que más define siempre es la forma de mirar de una persona en función de su encuadre, que es en definitiva su perspectiva. Si tu vida es una mierda tu perspectiva también es una mierda. Esto está emparentado a la ideología de la escritura. Escribir debe ser un acto de sorpresa para uno, lo cual modifica todo lo que va sucediendo”.

 

EL SIGLO XXI TODAVÍA NO NACIÓ

Lo que pasa en Brasil con Bolsonaro demuestra el apoyo popular que estos gobiernos tienen en la región y en el resto de América Latina. Es un problema que en Europa se manifiesta con el crecimiento de la extrema derecha. Un sociólogo portugués, llamado Buenventura Souza Santos, habla de un fascismo societario. No está igualado al fenómeno que se dio en el siglo XX. Éste es un fascismo pluralista. Es el que surge en la fila de los bancos, en los taxistas, en los vecinos, sale fascismo de personas que desconocen lo que es el fascismo. El siglo XX empieza con la Primera Guerra Mundial y termina con la caída del bloque soviético, hoy vivimos en un mundo donde el siglo XXI todavía no nació. Es un purgatorio histórico. Gramsci dijo que ‘el viejo mundo agoniza y el nuevo está por nacer. Es el tiempo de los monstruos’. No hay paradigmas ni ideas.

El capital financiero y especulativo es cinco veces mayor al capital industrial, por su dinámica y gravitación en el mundo. Esto desplaza a la clase obrera y destruyó su perspectiva revolucionaria. La ausencia del sujeto revolucionario hizo perder la perspectiva con el otro. Se perdió en concepto de conciencia de clase. La clase asalariada no tiene intereses en común. La revolución no tiene continuidad humanizada. Aparece el populismo como la mejor oferta, como un gran fantasma. El populismo no es revolucionario, es reformista. Cincuenta años atrás el populismo era una mala palabra. La izquierda en Argentina, por ejemplo, tiene un problema de origen en la interpretación troskysta de la realidad. Hay ciertas izquierdas terriblemente equivocadas, algunas tienen aceptación cada vez menor de las masas.

 

PERONISMO

Yo vengo del peronismo. Siempre fui peronista hasta sin saberlo. Me llamó mucho la atención el desarrollo del ERP. La figura de Santucho era la de un personaje de Werner Herzog. El Robi era un tipo que jugaba al ajedrez con la historia. En la izquierda actual no existe más la lucha por el socialismo ni la revolución, son parlamentaristas. A veces escribo para ‘La Izquierda Diario’, les tengo mucho afecto, pero nada más. Así como lo de Bolsonaro es un mensaje imprevisible en Brasil, el peronismo también es imprevisible, el kirchnerismo también es peronismo imprevisible.

Hay una definición de Daniel Santoro sobre el reemplazo de la dictadura del proletariado en el marxismo por la dictadura del goce en el peronismo.

Lo de Guardia de Hierro fue una muestra de lo peligroso del peronismo. La derecha nunca vuelve igual, muta, se recrea.

La historia es uno de los conocimientos más injustamente infravalorados porque es el preámbulo del presente. El peronismo surge junto a Lázaro Cárdenas en Mejico, a Getulio Vargas en Brasil, de la misma manera que vuelve a partir de la crisis financiera internacional de 2008. El capital necesita crisis programadas para expandirse, pero llega también a un límite de abstracción como una ficción que tiene efectos en la realidad. Amplía y modifica los aparatos represivos. Brasil, Colombia y Estados Unidos muestran la tendencia a la crisis de representación sin alternativas superadoras. El poder real está en corporaciones financieras que están por encima del poder político. La realidad hoy supera a George Orwell donde en ‘1984’ el poder político era central. Hoy este poder ha sido desplazado”.

 

HOY SE ESCRIBE EN FUNCIÓN DEL TIEMPO EN QUE SE LEE

La cultura para el peronismo del siglo XX fue un motor del ascenso social. La devaluación política lleva a la devaluación cultural. Hace treinta años o más existían en este país tipos como Rodolfo Walsh, Roberto Santucho, la CGT y el ‘Diario de los argentinos’. Hoy los soportes tecnológicos permiten otras posibilidades para publicar. Hace treinta años ni siquiera tenías teléfono. Pudiendo difundir todo lo que quieras y se te ocurre, no existe la calidad que existía con todas esas limitaciones que mencionamos. Hoy un epígrafe es una crónica. Se escribe en función del tiempo en que se lee. La renovación tecnológica modificó el tiempo de lectura. Esa ampliación de posibilidades es inversa a la renovación cualitativa. El periodismo de investigación, la literatura académica y los medios de calidad han desparecido porque se evalúa en función de la extinción del tiempo. Se llega a más gente con mucha menos calidad. La política perdió su academicismo porque la cultura perdió el poder de la palabra. Una devaluación al conocimiento de la historia. Está mal vista la teoría.

 

NO HAY IDEOLOGÍA

Los partidos políticos con su nombre evidenciaban su ideología: El Partido Comunista, El Partido Conservador. Ahora no hay ideología. Es Frente Renovador, Compromiso por el cambio, PRO. No significan nada. Tampoco los frentes son muy originales. Nadie va a llamarse ‘Frente para la derrota’. En tiempos clásicos de la política podías discutir con verdaderos cuadros formados, hoy  discutir con Luis Majul es como jugar al ajedrez con un perro”.

  

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