CULTIVANDO LA ESPERANZA
06/06/2019 Desactivado Por ElNidoDelCucoPor MARIANA PARSON
Es 4 de mayo de 2019, se me entrecruzan los festejos, por un lado la marcha por la legalización del auto-cultivo de la marihuana, hierba curandera y sagrada que, a algunes nos permite curar enfermedades con su sabia concentrada, con su tintura y su aceite, y que a otrxs nos relaja, nos pone creativos, nos regula el hambre entre otras cosas, con su humo sagrado, sus flores y sus derivados espirituosos, sobre todo que nos junta a todes, unes y otres en un aprendizaje colectivo.
Marchando estamos hablando de la libertad de poder decidir cómo vivir, es una marcha por los derechos humanos, por los nuestros, por los de nuestrxs hijxs y nietxs y por todas las generaciones venideras (si es que no llega el fin de este mundo antes).
Por otro lado, la fecha me remonta a los 50 años de la arenga que diera el Maestro Silo, con un grupo de gente entre las piedras cordilleranas, aunque yo todavía no había nacido cuando la realizó, está grabada y escrita, hablaba de la curación del sufrimiento mental y del dolor físico. Para diferenciarlo definió el papel de la ciencia en cuanto al dolor físico. Y en cuento al sufrimiento, se refirió a elevar la conciencia, diferenciar los actos entre contradictorios y unitivos, los primeros nos sumen en ese sufrimiento emocional y mental, los últimos, aquellos que nos impulsan hacia la conciencia de despierto, ayudando a otros a avanzar. Habló sobre los diferentes tipos de violencia, la racial, sexual, económica, física, emocional, psicológica, etc., no dijo “violencia de género”, pero la describió.
Años después de esa arenga, en otro aniversario, el de 1999, habló sobre el fracaso, el fracaso de les humanistas en lograr un mundo más humano y no violento, pero aunque habíamos fracasado seguíamos de pie, seguíamos en el intento.
Fracasamos por no ver, que cuando el Negro hablaba de cualquier tipo de violencia, eran todos los tipos de violencia. La discriminación hacia los adictos a las drogas también es violencia, la discriminación hacia las diversidades sexuales y de género, también es violencia, la inacción también es violencia, la violencia interna, de no poder lograr con las expectativas de los demás, también es violencia.
A esto le sumo lo que hablamos la noche anterior con unas amigas, sobre la violencia que ejercemos las mujeres contra otras mujeres, cuando nos desclasamos hacia abajo y luchando contra el asistencialismo, pero lo ejercemos, contradictoriamente, y no lo vemos. O cuando nos desclasamos hacia arriba y olvidamos llevar a las compañeras hacia arriba. O cuando discriminamos a las mujeres por consumir, lo que sea que consuman, ser mina y drogadicta te lleva al escalón más bajo, y ni hablemos si además somos lesbiana/trans/bi y pobres. Todo esto es violencia y no podemos avanzar individualmente, sino en conjunto. Retomando a Silo, avanzamos en conjunto, no aisladamente.
Pero volviendo a ayer día 4 de mayo, y a la marcha por los derechos humanos de les usuaries y cultivadorxs de marihuana; estábamos llegando a la marcha, detienen al hijo de una amiga, yo iba a ver al mío, y no presté atención a lo que sucedía. Ya en la marcha me lo cuentan con detalles, y marchamos con más fuerza, porque detienen a nuestrxs hijes por portación de pinta, nos detienen por cultivar, por fumar, por hacer aceite, por transportarla, y esto es violencia, nos violentan en la calle, en nuestras casas, cuando violentan a nuestrxs pibxs, nosotres cultivamos, y la cana se la fuma, nos la incautan y se la fuman, porque son tan hipócritas que no forman parte de la marcha, solo nos miran desde la puerta de la comisaria, cuando pasamos al grito de “NO SOMOS DELINCUENTES, LEGALÍCENLA”. Elles son los delincuentes, y lxs que nos denuncian, y lxs que nos roban, ellos y ellas que se aprovechan de las necesidades de los demás, cuando nos venden paraguayo prensado, meado y traficado por ellos y ellas, y nos cobran fortuna por frasquito de aceite y/o tintura de dudosa procedencia, o que defienden a las farmacéuticas y a los “hijos bien” de los gobernadores corruptos, que la plantan en el norte, mientras nos decomisan a lxs autocultivadores, ellos y ellas son los delincuentes y criminales, que por guita y poder son capaces de vender hasta a su abuela, ni hablar si la abuela autocultiva.
Por todos estos tipos de violencia es que marchamos ayer, por eso autocultivamos y decimos: “Yo planto, yo fumo, yo hago aceite, para mí, para mi familia y para aquelles que pueda ayudar”.
NO SOMOS DELINCUENTXS, BASTA DE PRESXS POR PLANTAR!
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