HISTORIAS DEL FIN DEL MUNDO – Parte V
2019-04-02
POR EZEQUIEL PERÍN
Desconfié de vos tantas veces que me vi reflejado en la mano que se alzaba desconcertada buscando un propósito.
Si un cruzado a espaldas de ellos había precipitado las acciones y decisiones, ¿por qué no lo manifestaste antes de sentenciar como inválido el recorrido?
Adalberto Arcángel, piedad. Sólo, eso. Piedad.
Era todo nuestro: los colores, los papeles, el cotillón, la previa, la biyuya, la recaudación, la banda, el humo, todo, pero todo.
En una parda de nada post cartel de la agonía saltó el viejo de la butaca cuando la esfera brilló en la noche a través de los focos.
El pibe era un intruso completamente desubicado que pretendía llevarse la gloria filtrándose entre los matungos.
Ahí va, pibe. Ahí va el cruzado. Ahí va la gloria, pibe. En un puño el barrio.
El brazo extendido.
La mirada del pibe.
Una decisión.
La esfera.
Nada.
