A LLORAR A LA IGLESIA

           La CGT que lucha militó durante un mes entero su convocatoria al pasado 20 de Octubre. Una locutora arrancó saludando la marcha que “a los pies de la virgen” venía a “orar por la Patria”. “Jesucristo, señor de la historia, te necesitamos” fue la plegaria. Denunciaron a Cambiemos, eso sí. Criticaron la política económica, la pérdida de salario y el crecimiento de la pobreza. ¡No sea cosa que pensemos que no la ven, che! ¡Si la tienen clara!

Por eso, también, pusieron énfasis en la unidad: para un peronista, no hay nada mejor que otro peronista. Más si es varón y cristiano, eso está claro. Sobre el escenario estuvieron Gustavo Menéndez, Fernando Espinoza, Wado De Pedro, Daniel Scioli, Felipe Solá, Guillermo Moreno y Jorge Taiana. Todos unidos en el mismo rezo.  Nuestros dirigentes gremiales festejaron contentos la numerosa convocatoria y volvieron a casa a prender un puro, servirse un vaso de whisky y esperar a que diosito escuche las plegarias de las/los/les laburantes. En eso estaban, cuando la calle los desbordó de nuevo, un miércoles que pasó.  Sacando cuentas estaban, cuando se dieron cuenta de que en el Congreso se congregaban laburantes para luchar contra el ajuste y contra el presupuesto del FMI. Cuando se enteraron vía TN que le estaban poniendo el pecho a las balas. Pechos sin pecheras de la CGT, claro está, porque sin la “paz social”, ellos no luchan por el pan y el trabajo.

Así, sin más, la CGT que lucha va cayendo en cuentas de que están atrás, muy atrás, en la marcha de la historia. Otra vez. Los dirigentes gremiales del Frente Sindical por un Modelo Nacional van quedando lejos. No la entienden, no la quieren entender. No aprenden, a pesar de los ejemplos de lucha que dan sus propias bases. No aprenden de las/les/los compañeras/es/os de Astilleros Río Santiago, de TELAM, del Posadas, de Río Turbio. No aprenden de las/les/los docentes. Menos que menos de las feministas. De las mujeres y disidentes que ponemos el cuerpo contra el poder de turno y contra esa Iglesia a las que nos convocaron a llorar. La misma que nos negó el aborto, aliada con los “Barones peronistas del Conurbano”, bien peronistas y bien varones, que el 20 de Octubre fueron a la misa.

Pero su virilidad patriarcal se debilita, porque las bases obreras, las feministas y los jóvenes que no permiten que le roben el futuro, ponen en evidencia en cada jornada de lucha que las políticas del sindicalismo son impotentes contra la derecha y el ajuste. IMPOTENTES y SERVILES. El peso de la historia caerá de nuevo contra los burócratas. Se los llevará puestos. Tendrá a las/les/los laburantes en primera fila, con el puño en alto y con la cabeza de sus dirigentes. Y no habrá plegarias, ni vírgenes ni jesucristos que los ayuden.